Es palabra de Kovadloff....

LA IGNORANCIA QUE NOS DESAFIA
Hace casi medio siglo, al recibir el Premio Nobel de Literatura, Albert Camus pronunció, en el marco de un discurso célebre estas palabras memorables: “Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo; la mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es aún mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga".

Me temo que para mi generación la tarea siga siendo la misma. Para mi generación y para algunas generaciones más. Impedir que se continúe retrocediendo puede ser un gran avance. Y entiendo que el replanteo de la educación -de lo que la educación debe significar en un mundo que lucha contra su propio exterminio-, está entre los pasos impostergables que cabe dar.
Periódicamente afloran nuevos criterios acerca de lo que debe ser la educación. Ello equivale a pensar que lo que se entiende por ignorancia sufre, periódicamente también, importantes redefiniciones. La ignorancia cada tanto se renueva. No solo lo hace el conocimiento. Y diría yo que los contenidos de la ignorancia se renuevan siempre en interdependencia con los contenidos del conocimiento vigente.
Pues bien: ¿qué perfiles tiene la ignorancia que hoy importa combatir?
El nuestro parece ser un tiempo en el que se contraponen nítidamente dos tendencias. De un lado, la creciente integración planetaria desplegada en el orden geopolítico mediante las comunicaciones potenciadas por la tecnología y la férrea centralización económica. Del otro, una acentuadísima fragmentación del saber diseminado en especialidades que reniegan de todo parentesco entre sí.
No contamos con una visión consensuada y predominante de los valores éticos que deben regir la orientación del progreso. Sin ella no será fácil impedir que la conciencia socialmente responsable se volatilice en una práctica enajenada del desarrollo. De esa práctica enajenada nos habla el curso seguido en la actualidad por el progreso, mucho más encaminado a producir consumidores que ciudadanos.
La desgarradora realidad de nuestro tiempo, la que tanto contribuye a que la amenaza señalada por Camus siga pesando también sobre nosotros, no es otra que ésta: al no poder o no querer impedir la brutal disociación entre ética, conocimiento y progreso, estamos contribuyendo a que el mundo se deshaga.
Santiago Kovadloff

Santiago Kovadloff nació en Buenos Aires, Argentina el 14 de diciembre de 1942. Es ensayista, poeta, traductor, antólogo de literatura de lengua portuguesa, demócrata y autor de relatos para niños. Se graduó en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre el pensamiento de Martín Buber titulada El oyente de Dios. Algunas de sus obras fueron traducidas al hebreo, portugués, alemán, italiano y francés y otras se han difundido por España.
Es profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Desde 1992 es miembro correspondiente de la Real Academia Española, desde 1998 es miembro de número de la Academia Argentina de Letras y desde 2010 de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Integró el Tribunal de Ética de la Comunidad Judía de la República Argentina hasta su disolución.
Se desempeña profesionalmente como profesor de filosofía y conferencista. Es colaborador permanente del diario La Nación:
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Además integra un trío de música y poesía con Marcelo Moguilevsky y César Lerner.

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