Lic. María Pedernera*. 2010. Noticias UNRC 16.06.10. *Comunicación Institucional, Fac. de Agronomía y Veterinaria, UNRC.
www.produccion-animal.com.ar
Una enfermedad zoonótica transmitida por mosquitos afecta al sistema nervioso en caballos y también en el hombre. El profesor Javier Aguilar, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, proporciona datos sobre esta dolencia.
En la zona rural de Vicuña Mackenna una médica veterinaria, vinculada al área de Producción Equina de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, al advertir caballos con síntomas nerviosos, envió muestras para analizar en el laboratorio del INTA Castelar y el resultado dio positivo para el Virus del Oeste del Nilo. En el lugar mencionado funciona el laboratorio de virología más importante para el trabajo con equinos. “En Mackenna había cierta incidencia de casos que los veterinarios y la gente del lugar atribuía a intoxicaciones, eran casos nerviosos pero por desconocimiento no se diagnosticaron”, afirmó Javier Aguilar, docente del departamento Producción Animal. Los síntomas nerviosos generalmente se advierten en cambios en el comportamiento. Sobre este punto el profesional detalló: “Cualquier caballo que se empieza a comportar en forma anormal, manifestar depresión o hiperexcitación, o sea que reacciona extremadamente a los ruidos o a los movimientos. Caminar en forma descoordinada, tropezarse, arrastrar las patas, inclinación de la cabeza, movimientos extraños, caerse el piso, hacer pedaleos, tener algún tipo de convulsiones. Y una vez que cae al piso, si no hay una terapia de soporte se determina la muerte”.
Se trata de una zoonosis, o sea que es una enfermedad transmisible del animal al hombre. Los caballos se contagian a través de mosquitos infectados. Y estos mismos mosquitos infectados pueden picar a los humanos. “En eso es similar al dengue, porque es un flavivirus, de la familia del dengue. Y el ciclo epidemiológico es aves, mosquitos, humano o equino”, continuó explicando el médico veterinario. Y prosiguió diciendo: “estos virus están en el medio, alojados en muchas especies, las aves actúan como reservorios del virus en la naturaleza. Cuando se desplazan, muchas de ellas son migratorias, llevan el virus de un continente a otro. De hecho en Estados Unidos entre los años 2000 y 2004 aproximadamente hubo muchos miles de casos humanos y equinos con muertes. Fue una epidemia masiva, llegó a la costa este, se estima que por aves migratorias y en dos años dicho país, parte de Canadá y México tenían una fuerte casuística de esta enfermedad, por eso es un poco la alerta”.
Acerca de cómo afecta a las personas esta enfermedad, Aguilar sostuvo: “Si una persona se infecta a través de una picadura probablemente no pase nada, en el mayor de los casos. En un porcentaje menor, un 20%, se puede ocasionar un cuadro febril, decaimiento, que en cuatro o cinco días pasa. En el 1% de los casos la infección puede derivar en cuadros con afección nerviosa, esos cuadros pasan del estado gripal y empieza a haber meningitis, encefalomielitis o afección de médula, o sea que se inflama todo el sistema nervioso central”. Lo cual se manifiesta en fuertes dolores de cabeza, rigidez del cuello, fotofobia, cambios de comportamiento y puede también derivar en convulsiones, coma y muerte. Los casos que mayormente presentan signología nerviosa en humanos se dan en gente mayor. Es más probable enfermarse y hacer un cuadro grave si la persona tiene más de 60 o 70 años, por las bajas defensas.
Cabe agregar que esta enfermedad era considerada exótica en Argentina hasta el año 2000. Se originó en África a fines de los años 30, allí se describen las primeras epidemias; después se dio en Asia Centra; luego pasó a Europa y en verano del 2000 llegó a Estados Unidos. Después de una epidemia en Norteamérica y el Caribe, apareció en la provincia de Buenos Aires, donde se informaron tres casos de caballos en 2006 y desde ahí no se obtuvieron más datos hasta los casos recientes presentados en el sur de Córdoba.
Finalmente el docente consultado se refirió a la importancia que deberían darle al tema los organismos involucrados. “Espero que SENASA y los organismos sanitarios de la provincia de Córdoba tomen un rol activo en el accionar. Debería haber una campaña educativa semejante a la que se hace para el dengue, así la gente puede protegerse de las picaduras de mosquitos. Y para los productores de caballos, promocionar el uso de vacunas, que existen para los equinos, no así para los humanos”, concluyó Aguilar
No hay comentarios:
Publicar un comentario