Crónicas del desarraigo y la autocolonización
Cuenta la leyenda…que, algunos años atrás, un par de gringas nacidas y criadas en Buenos Aires se mudaron a Nogolí con el propósito de mejorar su calidad de vida alejándose de algunos inconvenientes que acarrean las grandes urbes y con la meta de encontrar en este pequeño poblado serrano un lugar donde desarrollar un sueño, un proyecto de vida noble y consecuente con sus ideales.
Mamá Beatriz y su hija Silvana son dos mujeres atípicas que sueles desentonar en cualquier lado porque llevan la marca de estar fuera de los registros de lo “standard”. Sin duda estas chicas son distintas, únicas e irrepetibles.
Ellas se caracterizan por ser emprendedoras natas, tener un espíritu inquieto y aventurero. Libres de prejuicios marchan siempre detrás de sus metas alentadas por el empuje visionario para seguir el rumbo que el instinto del corazón les marca.
Nogolí, lejos de ser el paraíso que Silvana y Beatriz buscaban, les iba a deparar más de un dolor de cabeza.
El primer indicio del primer encuentro con la primera piedra en el camino fue, sin duda, la mano de Cupido. El flechazo del amor unió el corazón de la rubia con el del ex sacristán del pueblo. Que la gringa tuviera el tupé de quedarse con el hombre más querido de esta comunidad -tan particular- no fue fácil de digerir para todos aquellos que lo celaban, especialmente las solteras...
Todos sabemos que en un pueblito de estas características hay que ganarse el derecho de piso. Comenzar con un romance tan polémico significó adjudicarse varios porotos en contra.
Mientras el amor crecía y la familia se agrandaba, los proyectos -por lógica- se modificaban al compás de los acontecimientos.
Hasta ahí iba todo más o menos bien. Lástima que…. el gaucho mostró la hilacha.
En honor a la gestión Jofré-Amieva y Cia.
Los vecinos colindantes con Beatriz, en el pueblo de Nogolí, poseían también un campo donde criaban vacas, cabras, cerdos y aves. La relación vecinal al principio era muy buena y cordial. La vida laboral cotidiana de la familia vecina transcurría prácticamente en el campo y la casa precaria del pueblo les servía de base para que los niños tuvieran a mano la escuela.
Al parecer, un buen día, el jefe de la familia, el Sr. Sosa, ya cansado de los trabajos campestres, decidió mudarse por completo al pueblo.
A pesar de que Sosa tenía una gran hacienda en su propia tierra, dio siempre la impresión de llevar una vida muy pobre. Por lo que no le costó ningún esfuerzo conquistarse a un político que –por puro proselitismo- le adjudicara un subsidio por invalidez, obviamente trucho. Don Sosa sólo aspiraba concretar ese beneficio para vender sus preciadas tierras y mudarse definitivamente al pueblo.
Y así fue, se mudaron completamente al pueblo y pegado a la medianera compartida con Beatriz instalaron un corral de engorde de aves y otro de porcinos (violando cuantas leyes y normas existen y perjudicando a terceros). Además de tener en un predio tan pequeño caballos, burros y algún que otro animal vacuno transitorio y destinado a la faena y venta de carne clandestina.
Fue sin duda, en este punto de la historia, donde comienzan las desventuras de Silvana en San Luis.
Las autoridades del pueblo (Jofré y Amieva), al igual que el ejecutivo provincial, tomaron este hecho como un problema político. Midiendo su costo, si se le diera cumplimiento a lo que manda la ley.
Las chicas padecieron por años (y sigue hoy sin solución) la falta de acción del Estado a los infructuosos reclamos, la agresión y el desprecio permanente de las autoridades; las burlas de algunos miembros de la comunidad que no entiende razones y que vive fuera del marco del contrato social establecido en un estado de derecho y, lógicamente, todos los problemas que acarrea la injusticia, el desamparo, la discriminación, etc.
Lo positivo de lo negativo
Con las manos atadas y viendo como la política le soba el lomo a los transgresores de las leyes y menosprecia el esfuerzo genuino, no parecía haber mucha solución.
Pero como estas amazonas de la vida siempre tienen un haz bajo la manga -casi sin quererlo- un buen día, a Silvana se le encendió otra lucecita: “¿Por qué no mostrarle al mundo la insensatez que les hicieron vivir en San luis?”.
La idea de hacer un sitio web comenzó a tomar forma. Surgió entonces, en agosto de 2009, el primer blog de Silvana “Las desventuras de Silvana en San Luis”.
Los medios de prensa radiales se hicieron eco -a través de este blog- de las actitudes sociales inadaptables de un sector social de los habitantes de este pueblo, acompañados y guiados por autoridades locales. Y tal fue el interés que despertó en los lectores, que Silvana quizo mostrar la realidad cotidiana de esta localidad de San Luis.
El NotiNogo publicó su primer noticia el 27 de septiembre de 2009 y su crecimiento fue en progresivo ascenso. Consagrándose como el primer portal de noticias de la localidad de Nogolí y abriendo las ventanas al mundo para que se sepa lo que aquí sucede.
que barbaro!! que cojones nena!!
ResponderEliminarmuy buena idea, mostrar con esa sencibilidad, simpleza y frescura tu historia en San Luis. Te felicito, Nogoli va a cambiar para mejor con gente que no tenga miedo, que tenga fines loables y todo tu empuje. Ojala mucho se copien de vos. Yo tengo fe en que así será.
FELICITACIONES !!!!! POR LA GRADEZA Y EL CORAJE. ASI NACEN LAS HISTORIAS DE LOS PUEBLOS CUANDO MADURAN. Y ASI LOS PUEBLOS SE HACEN CIUDADES... NOGOLI YA LARGO EL ANDADOR!!!!!
ResponderEliminarBIEN POR SILVANA QUE LE ESTA ENSEÑANDO A CAMINAR PARA ADELANTE Y NO A GATEAR PARA ATRAS.
YA TENEMOS NOTICIAS Y EL PODER QUE DA LA PRENSA.
AL FIN NOGOLI YA ES PARTE DEL MAPA DE SAN LUIS!!!!